A PASO LENTO, PERO SEGURO: LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN AVANZA


"Desafíos y Progresos en la Lucha Anticorrupción en España"

A paso lento pero seguro: la lucha contra la corrupción avanza La corrupción es indudablemente un tema que suscita mucho interés en la población española, todos hemos oído los comentarios de "todos son corruptos, del primero al último" y hemos visto cómo día tras día se abrían los telediarios con noticias de escándalos de corrupción, desde la trama Gürtel hasta el caso Nóos, entre decenas de otros casos de los que nos hemos escandalizado y que han caracterizado una época concreta en la política española. Muchos de estos casos famosos sucedieron a finales de la década de los 2000, si bien desde entonces hemos avanzado en la lucha contra la corrupción, ¿estamos suficientemente protegidos frente a ella hoy en día? 

Todas las encuestas de percepción de la corrupción, sin importar la fuente, muestran que la ciudadanía española percibe un alto grado de corrupción. Según el Eurobarómetro Especial sobre Corrupción de 2023, el 89% considera que la corrupción está extendida en España (19 puntos más que la media de la UE). No obstante, este aumento de la percepción se puede explicar por una mayor concienciación de la sociedad. Hay que recordar que los mayores casos de corrupción de la historia reciente de España sucedieron cuando los datos de percepción eran más bajos, a mediados de los años 2000, por lo que la percepción no resulta un indicador fiel de la realidad de los casos de corrupción. 

Si bien es cierto que España carece de una legislación integral y unificada sobre la corrupción, en las últimas dos décadas ha habido avances significativos a nivel legislativo en las áreas más susceptibles de corrupción. Notablemente, la reforma del 2007 de la Ley de Bases del Régimen Local ha conseguido reducir drásticamente los casos de corrupción del ámbito urbanístico desde su entrada en vigor. Asimismo, la reforma del artículo 150 de la Ley de Contratos del Sector Público de 2017 atacó efectivamente los mayores causantes de corrupción: las conductas de colusión y falseamiento del precio. A pesar de que la corrupción no se haya erradicado en ninguno de los dos ámbitos, hemos visto un descenso sustancial de los casos desde la entrada en vigor de estas reformas legales. 

No obstante, si observamos el resto de iniciativas legales que son necesarias para que haya cambios sustanciales a nivel global, por ejemplo en el caso del Código Penal, observamos una falta de estrategia integral que aborde la cuestión de manera completa. Por cómo está compuesto nuestro parlamento actualmente y el sistema de aprobación de leyes que tenemos, hay una influencia importante de la coyuntura política que hace que la lucha contra la corrupción carezca de constancia en sus esfuerzos, cosa que la debilita.

 En la última década, la estrategia de la lucha contra la corrupción se ha basado en fomentar la transparencia y el acceso a la información por parte de las instituciones públicas, notablemente mediante la Ley de Transparencia de 2013. Sin embargo, en este área sigue habiendo mucho por hacer, ya que aún se carece de personal y recursos para que estas herramientas sean accesibles y tengan un impacto en la sociedad. Sin ir más lejos, más del 80% de las solicitudes de información por parte de ciudadanos son respondidas con silencio administrativo y que la ley carece de régimen sancionador. 

A nivel internacional, España ha recibido muchas llamadas de atención por parte de instituciones como el GRECO (Grupo de Estados contra la Corrupción) y la Unión Europea, en su Informe de Estado de Derecho, donde ambos califican las iniciativas españolas como Helena Bremermann Moraes deficientes en su manera de abordar la cuestión e instan al país a hacer más. Las recomendaciones hechas por estas instituciones, aún siendo vitales para el éxito de la lucha contra la corrupción, deben considerarse en el contexto del punto de partida de España, que no es el de otros países de la UE, y el contexto político actual. 

En conclusión, España ha dado pasos significativos en la lucha contra la corrupción. Aún así, existen desafíos que requieren una acción concertada y continua, tanto a nivel legal como a nivel institucional. La consolidación de un entorno institucional transparente y responsable, el fortalecimiento de los mecanismos de control y supervisión y la promoción de una cultura de integridad son imperativos para poder llegar a estar suficientemente protegidos frente a la corrupción y hacer que esta sea una excepción, y no la norma. 


Helena Bremermann Moraes,

Estudiante de Derecho, Economía y ADE,

Universidad Pompeu Fabra

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